¿Se conocían? ¿Se mencionaban mutuamente en redes? Sería de la época en que Mónica recién abandonaba la industria y Luisa estaba comenzando. Y sí, ambas trabajaron con el sello de Grupo Guzmán. Era lógico que se conocieran, aunque ¿hasta qué punto?
“¿Sabrá Luisa dónde está Mónica ahora?” se preguntó Luciana, mordiéndose el labio.
***
Esa tarde, recogió a Alba de la escuela y volvió a la Villa Trébol.
Después de lavarles las manos, Elena acercó un vaso de agua a la pequeña.
—Doctora Herrera, ¿qué cenaremos hoy?
—Pues… pregúntale a Alba —contestó Luciana con naturalidad. Para ella, lo primordial era que la niña comiera suficiente; luego se preocupaba por los nutrientes.
—Alba, ¿qué te gustaría?
—¡Pizza! —respondió la niña sin titubear.
—¿Pizza, eh? —repitió Luciana, relamiéndose—. Sí, suena delicioso; cenemos pizza todas.
Patricia, que escuchaba de reojo, asintió:
—De acuerdo. Puedo acompañarla con verduras al horno y una sopa ligera… Aunque no sé si al señor Guzmán le gustará.
—No me im