Capítulo 62
Al mediodía, Luciana almorzaba con Martina. Apenas se sentó, soltó un bostezo. Martina la miró fijamente, notando las ojeras debajo de sus ojos.

—¿Qué te pasó? ¿A qué hora te dormiste anoche?

—No lo sé, debió ser después de la medianoche.

Martina le dio un consejo:

—No te desgastes solo pensando en ganar dinero con trabajos extras, cuida tu salud.

—Sí, ya lo sé. —Luciana respondió con algo de vergüenza, sin atreverse a confesar que la razón por la que no había dormido bien no era por la traducción... sino porque cada vez que cerraba los ojos, veía el rostro apuesto de Alejandro, acercándose. ¿Anoche realmente intentó besarla? ¿Lo hizo o no? Pero, ¿y si sí? ¿Y si no?

—Luciana. —Martina de repente le puso una mano en la mejilla, sintiéndola—. Tienes la cara roja y un poco caliente. ¿Será que tienes fiebre?

—¡No! —Luciana se sobresaltó, riéndose con nerviosismo—. Es por la sopa, me calentó un poco...

Por la tarde, de vuelta en el consultorio, Rosa la detuvo y señaló hacia la oficina del d
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