Al día siguiente, Alejandro, como era costumbre, se levantó más temprano que Luciana. Cuando ella bajó, alcanzó a escuchar la conversación que él sostenía con Amy, la encargada de la cocina.
—Amy, voy a pedirte un favor: prepárale a Luciana unas cinco o seis comidas al día, sin que sean porciones muy grandes.
La Dra. Benítez explicó que, de esta manera, todo lo que ella ingiera ayudará a fortalecer al bebé. Dado que el crecimiento del bebé está un poco por debajo de la media, el suero que le administran es solo parte del tratamiento; lo fundamental es cuidar la alimentación de la mamá.
—Entendido, señor Alejandro. No se preocupe, estaré muy al pendiente —respondió Amy con seriedad, consciente de la importancia de cualquier asunto relacionado con la familia Guzmán.
—Muchas gracias, Amy.
Alejandro se dio la vuelta y vio a Luciana. Con voz tranquila, le repitió algunas indicaciones:
—En el hospital, presta atención a lo que comes y, por favor, no salgas sin Simón.
—Lo sé —respondió ella c