Norman Bech es un joven que ha sido renegado de la sociedad después de que su padre, in hombre de alto estatus de la misma, hubiese muerto por una enfermedad muy grave. Todos lo abandonan y durante años se ve obligado a vivir muy mal, hasta que un día por casualidades del destino, se encontró con una mujer que le cambiaría la vida y le ayudarí, sin quererlo, convertirlo en el joven más rico de su país. En esa aventura de vida conoce a Hansel Connor un hombre intachable que le enseñará todo lo que sabe y será Norman quien le ayude a conquistar a la mujer de sus sueños. Una amistad sin fin, unas parejas de mucho amor y una selva en el mundo empresarial, así será está historia.
Leer másPrólogo
Era una noche tranquila, un hombre de mediana edad, caminaba de forma tranquila por las calles de Nueva York, eran alrededor de las tres de la madrugada, el Señor Ernest Rander iba de camino a regresar a su casa, cuando fue interceptado por una persona que jamás había visto en su vida.
– Eres Ernest ¿verdad? – Consultó el extraño, antes de continuar examinó completamente al hombre, su cabeza blanca, sus enormes ojos azules, media alrededor de un metro noventa, su cara era huesa, llevaba puesta una chaqueta de color gris, sobre un parto. –“Es medio invierno, es normal que lleve una chaqueta de este tipo”–. Pensó el hombre extraño –. Le pido disculpas por lo que voy a hacer.
– Te envío él. ¿Correcto?
– No me dijeron que le dijera el nombre de la persona, solo me pidieron dos cosas, la primera de ella fue; qué antes de hacer lo que voy a hacer le dijera que todo había sido culpa suya, que fue usted quien obligó a la organización a tomar esta decisión, debido a que usted lo tiene.
El hombre desconocido haciendo énfasis en las últimas palabras sonrió de lado, Ernest lo observó con mucha más atención, estaban en mitad de la calle, y en la ciudad que nunca duerme, había viajado miles de kilómetros la noche anterior para evitar un suceso como el que estaba sucediendo, pero al parecer sus planes habían fracaso. Ahora debía de asumir las consecuencias y tomar las decisiones aptas si quería sobrevivir.
– No sé de qué me estás hablando.– Le respondió el señor Ernest, lo mejor por ahora era fingir que no sabía nada y de que ese hombre se hubiera equivocado, era evidente que no tenía toda la información ya que primero le preguntó si él era Ernest –. Además yo no soy ese tal Ernest, pensé que era el chofer que había enviado mi amigo a recogerme.
– Señor Ernest, conmigo no tiene que fingir, ahora estoy seguro de que es usted. Me dijeron que era un hombre inteligente y que era capaz de hacer cosas increíbles que ninguna persona puede hacer, por eso fue reclutado para la organización, me dijeron que tuviera mucho cuidado, y que no le creyera nada de lo que usted diga.
– ¡Al fin han hecho algo bien! Al parecer han asignado a alguien bastante ágil mentalmente, pero como puedes ver, estamos rodeados por personas en todas las direcciones, entonces me pregunto si de verdad eres tan inteligente como aparentas.
– La verdad… es que acá no va a suceder nada, al menos no si sigue mis instrucciones.
– ¿De verdad crees que solo voy a seguir tus instrucciones con calma? No me digas que eres tan inocente al respecto, la verdad es que soy otro tipo de hombre, no voy a ser una presa fácil.– el señor Ernest había dicho esto en voz alta, tratando de realmente creérselo, era un hombre rudo, pero como cualquier ser humano, no tenía miedo a morir, pero sí al proceso previo, y sabía que estas personas que enviaba la organización no eran personas que solo fueran a cometer un crimen sin más, ellos se divertían en el proceso, por eso siempre eran los mejores, pero estas personas tienen una debilidad, y es que hasta ahora no había ninguna con la suficiente inteligencia para hacerle frente en el don del habla, algo que casi todo el mundo halagaba de forma casi inmediata en él mismo.
– No, nunca pensé que fuera fácil, además a juzgar lo fácil que ha sido encontrarlo, podemos decir que usted no está solo, o al menos ha dejado un rastro sobre sí, para que alguien lo encontrara, algo me dice que usted es un hombre más que precavido, y me han advertido que nunca da un paso en falso, pero hay algo con lo que no contaba; tenemos a su hija.
Al terminar de decir aquellas palabras, el hombre desconocido saco de su bolsillo un teléfono, a juzgar por el modelo, parecía ser desechable, algo para que no pudieran descubrirlo sin importar lo que hicieran, busco unos momentos, mientras que las teclas sonaban un poco mientras que eran presionadas, a pesar de estar rodeados de muchas personas, a nadie parecía importarle la escena, era como si dos viejos amigos se hubiesen encontrado después de muchos años y solo estaban teniendo una reunión amistosa, ellos no estaban tan lejos, estaban a una distancia de un metro escasamente, y a esa hora de la madrugada, la gente difícilmente se fija en dos hombres hablando en una de las aceras de la ciudad. Siguió entonces unos momentos más con el teléfono, hasta que se lo enseñó al señor Ernest, en la pequeña pantalla del teléfono se podía observar una pequeña niña, de unos escasos doce o trece años, con un vestido azul, que terminaba en una especie de tutu como el que usan las bailarinas de ballet, era rubia con los ojos de un color azul claro, la niña solo estaba viendo hacia la cámara, a juzgar por lo que la rodeaba estaban en un centro comercial.
– ¿Su madre? ¿Dónde está?
– Lamento decirle que ella no copero con nosotros, por lo que hicimos lo necesario para tener a la niña bajo nuestra custodia en estos momentos, lamento mucho también tener que informarle, que la policía de Irlanda tardará una buena cantidad de tiempo en encontrar su cadáver, usted tal vez quiera darle un funeral digno, eso también es parte del trato que pienso ofrecerle.
– ¿Por qué no solo me mata?
– Sabe mejor que nadie, que no haría eso, al menos no aún, necesitamos dos cosas de usted, que descifre el código, y además que nos diga donde esta aquello que robo antes de salir de Washington.
– Pero sabe que eso es algo, que sin importar lo que haga, le diré dónde está.
– Es que no importa, su usted no lo hace, estoy seguro de que su hija lo hará.
Antes estas declaraciones, el señor Ernest sabía a qué se refería el hombre que se encontraba delante de él, debía de seguir el juego con la mayor cautela posible si quería sobrevivir, aunque eso era algo que realmente y francamente, era imposible.
Capítulo XXXLa vuelta al asunto. Hansel tuvo una excelente idea, iba a mover uno de los maniquíes hacia la parte de las vitrinas que se veían un poco, así podría distraer un poco al hombre, pero ¿Cómo lo haría? Pues en una tienda de deporte hay muchas cosas que puedes usar para esto, tomó algunas cuerdas, y luego lanzó el maniquí por encima del estrado, y con una cuerda que logró colgar del techo, y enseguida la jaló. El maniquí quedo perfectamente colocado de forma que parecía él mismo que se encontraba en ese lugar. – A ver niñito, no tengo todo el día, y ya hice un desastre acá. Tenía que haberte asesinado de una forma tranquila y calmada, pero no pude hacerlo, no podía hacer nada al respecto porque la tonta de la niñita esa se entrometió, sino fuera por ella, justo ahora estuvieras camino a un hospital lejano por haber sido envenenado con cianuro. Pero no, tenía que entrometerse la niña. –Dijo el hombre que quería asesinar a Hansel. – Javier, no importa lo que hagas, ya perdis
Capítulo XXIXLa salida.Los disparos se escuchaban por todos lados, sin embargo era el mismo hombre que al principio le había dado las cosas a la prima de Isabella, este hombre se había ido solo para poder ponerse a cubierto y poder abrir fuego con una mayor comodidad. Hansel enseguida se lanzó sobre Isabella para que no hubiera ningún daño sobre ella, luego en el suelo, la miro; – ¡¿Estás bien?! – ¡Sí! Logré verlo, es el mismo hombre que estaba hace un buen rato con mi prima, quiere hacerte daño, lo más seguro es que quiera matarte Hansel. – Esto es muy extraño, no tengo enemigos públicos de este calibre, mis batallas se basan en el aspecto comercial, no creo que alguien haya querido matarme solo por eso. Mientras que ellos charlaban sobre las balas, la policía ya estaba llegando al lugar, sin embargo se encontraron con que había más de una persona involucrada en este conflicto ya que apenas llegaban fueron recibidos con varios disparos de distintas direcciones.Al escuchar much
Capítulo XXVIIIDía 4.A Hansel la prima de Isabella lo había llevado hasta el aeropuerto, Isabella se había ofrecido a llevarlo, pero para ella había sido mucho más incómodo haber estado con Hansel en el aeropuerto, además por ser un vuelo de emergencia, la aerolínea le había dicho a Hansel que le darían un boleto para el siguiente vuelo que salía justo ese día a primera hora de la madrugada, a eso de las 4 am, Hansel no había querido dormir nada, por lo que estaba un tanto mareado. – ¿Te sientes bien? – Le preguntó la prima de Isabella, sin embargo su mareo estaba cediendo un poco y era debido a un estrés repentino por la noticia de la empresa familiar y la noche entera sin dormir, mientras que intentaba localizar a algunos de sus contactos en la empresa para que le explicara mejor la situación, pero eso no sucedía, bajo ninguna manera alguien le atendía el teléfono, ni siquiera su tío. Hansel sentía que las cosas estaban muy mal, incluso más de lo que le habían dicho. La prima de
Capítulo XXVIIDía 3. Parte VHansel miró muy de cerca todo el cuerpo de Isabella, ella era hermosa, por lo que sin importar qué, su cuerpo le iba produciendo una sensación de energía demasiado grande, quería quitarse toda la ropa, pero había una pequeña voz invisible que le decía que lo mejor que podía hacer, era solo quedarse tranquilo. Sin embargo había una seria necesidad de tocarse el uno con el otro, pero para sorpresa de ellos, un teléfono empezó a sonar. – ¡Ring! ¡Ring!Ambos por la misma razón trataron de ignorar el teléfono, pero le hecho de que estuvieran sonando de forma incesante, además ninguna situación romántica estaría a gusto con un sonido tan molesto. Ambos con los labios casi pegados los de uno contra los del otro, sin embargo se separaron. – Será mejor que atiendas ese teléfono. – Dijo Isabella visiblemente molesta, a pesar de que al inicio era una broma, le había gustado tanto ese contacto que quería tener algo más justo en ese momento. – Este… sí perdón. – re
Capítulo XVIDía 3. Parte IVAmbos iban caminando en dirección dónde se supone que estaban algunos de los lugares más hermosos del pueblo, caminaron algunos kilómetros y llegaron a un pequeño poblado, un hermoso poblado. – Esto es uno de los pequeños pueblos que rodean la inca de mi padre, mi familia llegó acá hace mucho tiempo antes que ellos, por generaciones se fue pasando la propiedad, ahora es de mi padre, y bueno en un futuro tal vez sea mía. – ¿Tal vez? ¿Cómo así? ¿No eres la única hija del Sr. Gonzales? –Cuestionó Hansel un poco aturdido por lo que le estaba diciendo Isabella. – Sí, soy hija única, y el problema de ello es que, desde hace muchas generaciones atrás, todo ha pertenecido a la familia de mi padre pero ha sido porque siempre ha habido un hijo hombre, desde hace vario años se creó una especie de regla, era una regla muy estúpida, pero solo era para decirle al mundo que los Gonzales eran puros machos de sepa, o algo por el estilo, mi padre es el único que sabe la
Capítulo XXVDía 3. Parte III– Mira Hansel, te lo dejaré claro de una vez y por todas, no voy a tardar todo el día tratando de enseñarte a montar un caballo, te lo diré una sola vez. – Dijo Isabella un poco mal humorada, por lo que había sucedido, miraba a Hansel con un poco de odio. Sin embargo tenía otra cosa en mente, y ya que ella había sido su primer beso, lo más justo es que ella fuera su esposa, al menos para él. – Isabella, no hay problema alguno, yo soy de aquellos hombres que realmente aprenden rápido, por lo que creo que con una sola vez que me enseñes, está bien, no es necesario que me digas varias veces las mismas cosas, mis padres me han enseñado de esa forma, una sola vez basta. – Respondió Hansel con una sonrisa de medio lado.– Pues eso es muy bueno, porque quiero dejarte en claro otra cosa, y lo mejor es que no tendré que decírtelo muchas veces más, sino solo una vez, esta mañana entre nosotros no pasó nada, solo fue un accidente. – Hansel se rio ante este comentar
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