Capítulo 1495
Lo que dijo Luciana era cierto: había quedado de verse con Fernando. Justo entonces le sonó el celular. Lo levantó un poco.

—Vino por mí. Señor Morán, póngase cómodo; yo me retiro.

—Está bien. Que te vaya bien.

Mientras ellos se despedían, Martina se iba venciendo de sueño en el sofá.

Salvador se sentó a su lado; tanteó con los dedos la temperatura de sus manos. Al notar que ya no estaban frías, se las sujetó.

—A esta hora no te duermas; luego en la noche te cuesta.

—Mmm… —Martina bostezó—. No dormí, solo me da modorra.

A Salvador se le encendió la mirada, casi con brillo.

—Dicen que las embarazadas andan con sueño.

Mientras hablaba, volvió a posar la mano sobre su vientre.

—Gracias por todo esto. —Al final, la que lleva la carga es la mujer; el hombre solo disfruta el resultado. Con suerte, es cariñoso. Con mala suerte, ni eso.

La acomodó contra su pecho para que despejara un poco y llegara con hambre a la cena.

—Aún no cumplimos 12 semanas; no te han abierto la cartilla prenatal. Cua
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