Victoria le sujetó la mano a Luciana.
—Luci, voy a preguntarte algo. Estás cuidando tanto al señor Guzmán… ¿no estarás pensando en volver con él? Entonces, ¿qué va a ser de Fer?
Sin dejarla responder, se puso más nerviosa.
—¡Fer no puede estar sin ti! Por favor, no lo dejes.
—Señora… —Luciana intentó calmarla—. No se angustie. Es culpa mía no haberlo notado. Voy a hablar con Fer, ¿sí?
—¿Cuándo?
—Hoy. Me haré un espacio y volveré a casa.
—Bien —Victoria la miró con expectativa—. Entonces te esperamos.
—De acuerdo.
Desde una ventana, a lo lejos, Alejandro alcanzó a ver la escena. No escuchó lo que decían, pero por los gestos lo entendió. La familia Domínguez había venido a buscarla. El tiempo que había logrado “robar” estaba por terminar.
Por la entrada comenzaron a pasar personas. Eran Salvador Morán, Jael López y varios más; entre ellos venía Juana Díaz.
—¿Qué hacen por aquí? —Alejandro salió a saludarlos.
—A ver si necesitas algo. ¿Hay algo en lo que podamos ayudar?
—Por ahora, no.
Er