Capítulo 1283
Fernando la sostuvo por los hombros.

—Siéntate un momento. Si te levantas tan de golpe, te vas a marear.

—Está bien.

Fernando se volvió y trajo un tazón.

—Debes tener hambre. Toma primero esta sopita.

—¿Esto…? —Luciana reconoció el tazón—. Es de tu casa.

—Mi mamá vino —explicó—. La llamé.

Mientras Luciana dormía, Victoria se había asomado con un termo de sopa. Al verla descansar, no quiso molestar.

—Qué pena con la señora Victoria —frunció el ceño Luciana.

—Nada de pena —Fernando negó, con una sombra en la mirada—. Luci, somos familia.

Decir “gracias, qué molestia” sonaba demasiado distante.

Luciana entendió y tomó el tazón sonriendo.

—Ya sé —bajó la voz, cómplice—. Contigo no me da pena. Pero con tu mamá… todavía me siento rara.

Al fin y al cabo, no era su madre. Y antes, Victoria había sido dura con ella.

—Lo sé —Fernando sonrió—. No te preocupes, no tienes que forzarte… Más adelante nos mudamos.

—Ajá —Luciana titubeó un instante y asintió.

—Ándale, tómala antes de que se enfríe —dij
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