Sobre la mesa, frente a Miguel, había un informe pericial de paternidad.
El abogado que venía con Marisela tomó la palabra:
—Don Miguel, con este informe queda acreditado que el señor Domingo Guzmán es descendiente directo de la familia Guzmán.
¿Y con eso bastaba? Por supuesto que no.
—Conforme a la ley, los hijos extramatrimoniales y matrimoniales gozan de los mismos derechos sucesorios. Es decir…
El abogado sabía perfectamente quién era Alejandro Guzmán. En Ciudad Muonio, cualquiera mide sus palabras ante el señor Guzmán; y él no dejaba de ser solo un abogado de a pie. Por eso, al llegar a ese punto, no pudo evitar mirarlo antes de seguir:
—El señor Domingo Guzmán y el señor Alejandro Guzmán tienen la misma aptitud para heredar el patrimonio de la familia.
Alejandro soltó una risa breve, por la nariz; seca, desdeñosa.
Ahí estaba, al fin, el colmillo de Domingo.
¿“Reconocimiento familiar”? ¿“Tratarlo como hermano”? Pura pantalla.
Miguel también sonrió, ligero, como quien escucha un ch