Capítulo 1129
Alejandro pasó dos días ingresado en el hospital.

Se recuperó con rapidez: salvo un leve entumecimiento en la pierna izquierda, no sentía mayor molestia y su ánimo era excelente.

Durante esos dos días, Luciana se ausentaba cada tarde por un rato.

Alejandro supuso que iba a ver a Alba y no preguntó más.

Sin embargo, una, dos ausencias podían pasar desapercibidas; la tercera no.

—Ale.

Aprovechando que Luciana había salido otra vez, Juan entró, con gesto dubitativo.

—¿Qué pasa? —Alejandro le lanzó una mirada—. Si tienes algo, dilo de una vez.

—Es que… —Juan tragó saliva sin atreverse a soltarlo—. ¿No quieres saber adónde está yendo Luciana?

—¿Eh?

La frase venía con doble sentido.

Alejandro caviló un instante. —¿Qué dice Simón?

Él ha estado siguiéndola; si alguien sabe a dónde va, es él.

—Ay…

Juan soltó un suspiro. Llevaba dos días con la noticia, pero temía perturbar el reposo de Ale.

Entre él, Simón y Sergio habían acordado que ya era hora de contárselo.

Aun así, tartamudeó: —Ale… verás,
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