Capítulo 1014
—¿Casa? —repitió él, captando solo aquella palabra—. ¿Entonces la villa Trébol ya es tu hogar?

Luciana se mordió la lengua; ni era su intención ni pensaba admitirlo. Él lo dio por zanjado.

—Vine a buscarte; tu cirugía terminó, ¿no? Vámonos.

—Aún no —señaló el consultorio—. Falta dejar indicaciones post operatorias.

Él no discutió: la llevó dentro, la acomodó en la silla.

—Hazlo. Te espero.

Luciana percibió algo raro: Alejandro irradiaba una tristeza densa, contenida. ¿Qué podría haberle sucedido?

Acabó en pocos minutos. Él la cargó de nuevo, la acompañó al vestidor; cuando se cambió, volvió a tomarla en brazos y no le dirigió casi palabra.

Llegaron a la villa; el gesto hosco seguía allí. La subió al dormitorio.

Luciana decidió romper el hielo con humor.

—Señor Guzmán, hoy no has sonreído ni una vez… ¿Será que ya tienes nuevo amor y estás pensando cómo deshacerte de mí?

Él parpadeó y arqueó una ceja.

—Continúa.

El chiste le congeló la sonrisa.

—Solo dilo y desaparezco; hago mi maleta y
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