Fabien llegó entrada la noche, yo me acerqué a él de inmediato. Él me miró y puso mala cara; yo estaba segura de que algo había pasado.
— ¿Todo está bien? — le pregunté.
Él asintió con la cabeza.
— Solo estoy un poco cansado — me dijo.
Yo asentí con la cabeza. Fabien se dio la vuelta y empezó a subir las escaleras; yo me quedé allí mirándolo, indecisa sobre si decirle que Silvio estuvo aquí, ya que él se veía muy estresado. Respiré profundamente y fui tras él. Fabien ya estaba en el cuarto, quitándose algunas prendas.
— Silvio estuvo aquí — Le dije. Él asintió y siguió quitándose las prendas.
— Jacob ya me lo ha dicho — Me contestó. Yo me acerqué más y lo ayudé a quitarse la camisa; miré sus cicatrices en el pecho y presioné una que nunca había visto, esta estaba en el brazo.
— De todas mis cicatrices, esa es la que más quiero — me dijo.
Yo aparté la mano. Sabía por qué lo decía, así que no iba a caer.
— ¿Qué ha pasado en estos años? ¿Por qué Silvio dijo que él era el líder? — le preg