Minutos antes.
La plaza central animada, pasado el medio día, con la luz del sol iluminando a las familias que paseaban entre los puestos.
Ana caminaba junto a Gregory, sosteniendo la mano de Diego, mientras Valentina brincaba emocionada a su lado. Los niños están emocionados con el algodón de azúcar, donde los dos hermanos miraban fascinados cómo la máquina giraba creando nubes rosadas y esponjosas.
Gregory sonrie y, sin dudarlo, se inclinó para abrazar y besar a Ana. Ella responde con ternura, disfrutando de aquel momento de tranquilidad que tanto había deseado.
Marcos se movía con determinación, sus manos firmes en la pistola. La escena frente a él lo llenaba de rabia. Gregory tenía todo lo que él había perdido: el amor de Ana, la felicidad de sus hijos y la vida que le había sido arrebatada.
Laura al anticipar su intención, no lo pensó dos veces. Corrió con todas sus fuerzas, su única intención era detenerlo. Sabía que Marcos era capaz de cualquier cosa y, al ver su expresión dese