TRES MESES DESPUÉS
Alessandro tenía cinco meses de edad cronológica, dos meses de edad corregida —diferencia que doctores insistían importaba para desarrollo pero que Cassandra había dejado de calcular obsesivamente.
Pesaba cinco kilos ahora. Todavía pequeño para su edad pero dentro de curva de crecimiento. Cabello oscuro creciendo en mechones que desafiaban peinado. Ojos color café profundo que seguían todo con intensidad que parecía sobrenatural en bebé tan joven.
Exámenes neurológicos confirmaron lo esperado: mutación FOXP2 expresándose completamente. Alessandro nunca desarrollaría habla vocal. Área de Broca permanentemente atrofiada, conexiones neuronales que otros bebés formaban automáticamente simplemente ausentes en su cerebro.
Pero Doctor Villanueva, revisando resonancia magnética más reciente, había señalado algo más:
—Miren aquí. Y aquí. Compensación neural. Su cerebro está reconectándose, creando caminos alternativos. Áreas responsables de procesamiento visual y gestual est