Mundo de ficçãoIniciar sessãoCuando la cena terminó, Richard no sugirió prolongar la velada. Simplemente caminó con ella de regreso al hotel, su presencia constante sin ser invasiva. Subieron en el ascensor en silencio, deteniéndose frente a la puerta de la suite de Cassandra.
—Gracias por esta noche —dijo ella, buscando la llave—. Necesitaba... distracción.
—Cassandra. —La voz de Richard la detuvo—. ¿Puedo entrar?
Ella debería haber dicho no. Cada instinto de auto-preservación gritaba que abrirle la puerta era cruzar línea de la que no podría regresar.
En lugar de eso, giró la llave y se hizo a un lado.
El interior de la suite estaba sumido en oscuridad excepto por luces de ciudad filtrándose a través de ventanas. Richard cerró la puerta detrás de ellos, el sonido del pestillo cayendo en lugar resonando con finalidad.
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