Mundo de ficçãoIniciar sessãoEl vuelo a Lisboa salió puntual a las seis de la mañana. Cielo todavía oscuro sobre Madrid mientras avión ascendía a través de nubes bajas que prometían lluvia.
Cassandra tenía asiento junto a ventana. Sebastián en pasillo. Y Victoria, con sonrisa satisfecha, se había instalado entre ellos.
—Espero que no les moleste. —Había dicho mientras acomodaba su bolso de diseñador bajo asiento delantero—. Pero necesito mantenerlos vigilados. Órdenes de Fontaine.
Nadie respondió. No había nada que decir.
Media hora después del despegue, Victoria se quedó dormida. Cabeza inclinada contra respaldo, audífonos canceladores de ru







