Mundo ficciónIniciar sesiónLas diez de la mañana llegaron con silencio artificial.
El hospital funcionaba normalmente para ojos no entrenados. Pacientes en salas de espera. Doctores revisando expedientes. Enfermeras llevando medicamentos.
Pero en el quinto piso, todo era teatro cuidadosamente orquestado.
Ocho policías encubiertos. Cuatro como enfermeras. Dos como doctores. Dos como visitantes nerviosos con flores de plástico.
Cada uno con radio oculta. Armas bajo batas médicas.
Sebastián se sentó en su silla reclinable habitual. Actuando el papel de esposo ansioso esperando que su esposa despierte.
No era difícil actuar ansiedad. Era genuina.
Cassandra permanecía en coma. Sedación completa. El "despertar" era ficción elaborada.
Cebo.
—Posiciones confirmadas —murmuró voz en auricular de Sebastián—. Esperamos contacto.
A las die







