Mundo ficciónIniciar sesiónLa habitación del quinto piso tenía vista a estacionamiento y cielo gris de Madrid.
Cassandra la memorizó en la primera hora. Cada grieta en el techo. Cada mancha en el piso de linóleo. El zumbido del aire acondicionado que nunca paraba.
Sería su mundo por tiempo indefinido.
—Reposo absoluto significa exactamente eso —repitió la Doctora Fuentes—. Cama. Baño con ayuda de enfermera. Nada más.
—¿Ni siquiera sentarme?
—Treinta grados máximo de inclinación. Cinco minutos cada dos horas.
Prisión con monitores cardíacos.
Sebastián peleó para quedarse.
—Políticas hospitalarias son claras —explicó la enfermera jefe—. Visitas permitidas de ocho AM a ocho PM. Sin excepciones.
Sebastián escribió furioso en su tablet:
Mi esposa est







