Mundo ficciónIniciar sesiónLas pastillas llegaron en botellas naranjas con etiquetas que listaban efectos secundarios en letra pequeña.
Aspirina de dosis baja. Labetalol para presión arterial. Sulfato de magnesio para prevenir convulsiones.
Cassandra las alineaba en la mesa junto a la cama cada mañana. Doce pastillas. Tres veces al día.
—Es un cóctel químico —murmuró mientras tragaba la primera ronda con agua tibia.
La Doctora Fuentes había sido clara: estos medicamentos eran la única barrera entre ella y eclampsia completa.
—Los efectos secundarios serán desagradables —había advertido—. Pero la alternativa es peor.
Desagradable resultó ser eufemismo generoso.
La náusea comenzó al tercer día.
No náusea normal de embarazo. Esto era diferente. Profundo. Persistente.
Cassandra apenas podía







