Mundo ficciónIniciar sesiónLa convulsión duró noventa segundos exactos.
Sebastián los contó. Cada uno una eternidad.
Cuando el cuerpo de Cassandra finalmente se relajó, quedó inmóvil sobre la cama. Inconsciente. Pálida como las sábanas que la envolvían.
La Doctora Fuentes verificaba signos vitales con eficiencia mecánica.
—Presión bajando. 186/105. Todavía crítica pero estabilizando.
—¿Va a despertar? —preguntó Sebastián en voz que no reconocía como suya.
—Eventualmente. Pero aquí está el problema. —La doctora se giró para mirarlo directamente—. Si tiene otra convulsión, especialmente dentro de las próximas veinticuatro horas, hay alta probabilidad de que no sobreviva. Derrame cerebral. Fallo orgánico múltiple. Muerte.
Elena sostenía a Alessandro







