Capítulo 54: Compromisos en la cena.
La residencia de Marco Antonio tenía un aroma a pan caliente, carnes con especias y una variedad de flores silvestres que habían sido recogidas del jardín esa misma tarde. Era una velada serena, casi sorprendente si se consideraba todo lo que habían atravesado. Por una vez, no había alarmas, armas ni mapas sobre la mesa. Solo había una cena servida con cuidado y un abuelo sonriente encabezando la mesa.
Carolina se había tomado su tiempo para ponerse un hermoso vestido rojo que acentuaba su figura. Su cabello caía en ondas suaves y, aunque aún mostraba cierta alerta, sus ojos brillaban con una calidez que hacía tiempo no se veía. A su lado, Elías llevaba un atuendo más casual, pero todavía se veía muy bien, con las mangas de la camisa arremangadas y el antiguo reloj de su padre en su muñeca.
También estaba Fabiola, por primera vez relajada, aunque echaba miradas rápidas hacia las ventanas y las entradas. Draco no estaba presente. Prefería monitorear desde la sala de control, lo cual no