Capítulo 39: Asalto en la Oscuridad.
La tranquilidad en el hospital privado era engañosa esa noche. La seguridad, que se había reforzado después del ataque en el café, recorría los pasillos sin darse cuenta de que la verdadera amenaza ya estaba en su interior.
El mercenario apodado El Cuervo había logrado entrar sin levantar sospechas. Se disfraza de enfermero, adoptando una actitud tranquila, con su cara cubierta por una mascarilla y una gorra blanca. Una credencial falsa colgaba de su cuello, y se movía como si ya hubiera estado en esos pasillos muchas veces. Carolina parecía estar dormida en la silla al lado de Marco Antonio. El anciano reposaba con un brazo vendado, respirando pesadamente, sin notar la sombra que se cernía sobre ellos.
El Cuervo ingresó a la habitación como si fuera parte del equipo nocturno. Inspeccionó el lugar con la vista antes de acercarse a Marco Antonio. Pretendió controlar sus signos vitales con una mano, mientras con la otra mantenía el arma oculta bajo su bata.
Caminó suavemente hacia el ba