Emma
Volví a casa molesta, no quería esperar hasta mañana, quería terminar con esto, teníamos la comida con la madre de Theo y debíamos ver cosas en la empresa.
Resoplo cuando observo el techo, Theo está a mi lado pasando la mano por su rostro, no dice nada, solo me observa de reojo, porque no importa cuanta atención ponga en mí, seguía igual de estresada.
— Iré a cambiarme y por Oliver.
— Amor —tomó mi mano —, no pienses tanto, todo va a salir bien, él se quedará con nosotros —suspiré.
— Sé que sí, pero mi parte pesimista no me deja pensar diferente.
— Cuando regresemos me encargaré de sacarte todo ese estrés —me reí.
Sus labios volvieron a los míos, dejé que me besara para luego inclinarme en su dirección y besarlo de nuevo.
— Te amo.
— Yo más.
Veinte minutos después me encontraba en la habitación de Oliver.
— Oliver —le muevo el brazo —. Cariño, vamos tienes que ir a la escuela y nosotros al juzgado
Mi hijo hace un mohín y gira dándome la espalda, sus manos agarran la manta para co