Damas de honor.
Emma
No sé cuánto tiempo estuvimos amándonos, nuestros cuerpos estaban transpirados y las sábanas desparramadas en cualquier dirección, su mano subía y bajaba por mi espalda mientras nuestras respiraciones se calmaban lentamente.
— ¿Cómo se te ocurrió la propuesta? —acomodo mi cabeza en su pecho y recorro las líneas de su abdomen con mi mano.
— Oliver —ríe bajo y lo miro.
— ¿Oliver? — asiente
— Primero le pregunte a él que le parecía y le encantó la idea, después me dijo que te negarías pero que, si te hacia una propuesta más seria seguro aceptarías porque me amas —sus ojos buscaron los míos —, pero tienes miedo, entonces se me ocurrió lo del matrimonio —su nariz roza la mía —. Ya tenía pensado proponértelo, solo que no sabía cuándo, pero la verdad es que no me quiero alejar de ti.
— Vaya —no puedo decir más nada.
— Te amo, Emma y me encantaría que formáramos una pareja, en principio era solo casarnos y disfrutar de Oliver, pero ahora que lo pienso —agarra mi mentón y lo sube —. Me fa