Theo
Emma me mira, buscando una respuesta en mis ojos.
— No quiero que Oliver sufra por esto, Theo —tomó aire —. No quiero que lo persigan, ni que le hagan preguntas incómodas.
Lo sabía, Oliver no toleraba ese tipo de atención, no le gustaba para nada y lo entendía.
— No lo harán —no pensaba dejar que algo así pasara —. Vamos a hacerlo a nuestra manera, pero sin dejar que esto se convierta en un espectáculo, lo que menos necesitamos ahora es llamar la atención de personas indeseadas.
La miro a los ojos, Emma toma aire y me sonríe, sé que vamos a pelear esto juntos. Pase lo que pase, estoy dispuesto a enfrentar todo lo que venga, siempre y cuando Emma y Oliver estén a salvo.
No pensaba perderlos por alguien, no iba a arruinar esto.
— Vamos a manejar esto a nuestro ritmo, diremos lo que sea necesario y ya.
Emma juega nerviosamente con la taza de café, sus ojos todavía reflejan la preocupación que lleva desde que vio a los paparazis.
Mi madre, sentada frente a nosotros, observa en silenc