Emma
Camino a la puerta donde Merly y su marido esperan junto con James y Tracy. Los hago pasar haciendo las respectivas presentaciones entre todos.
Theo vuelve a la sala un rato después, todavía un poco sonrojado, pero ninguna dice nada. Por mi parte, solo lo abracé y deposité un pequeño beso en sus labios.
Él solo sonríe y roza su nariz con la mía.
— Pasemos a la mesa; ya está la cena —informo y todos caminan al comedor.
Busqué la comida y la deposité en el centro. El olor era exquisito y se apoderó de todo el ambiente. Serví a cada uno su porción y continuamos charlando animadamente sobre nuestras vidas.
Marcos y Tracy eran encantadores. Me sorprendió ver la forma en que podían entablar conversación con todos sin siquiera conocernos. En algún punto de la conversación, las mujeres empezamos a hablar de moda y nuevas tendencias, mientras que los hombres discutían sobre negocios.
Escuché varias veces cómo Theo invitaba a Marcos a trabajar en nuestra empresa. El sujeto era una luz.
Las