53• Dejé de resistirme.
¿Enamorarse de mí?
Las palabras seguían flotando en el aire, repitiéndose una y otra vez como un eco que no quería apagarse. Sentí un nudo en la garganta, una presión en el pecho que no sabía si era emoción o miedo. Nadie me había dicho algo así en mucho tiempo, y mucho menos alguien como él. Richard no era un hombre que hablara por hablar; si lo dijo, lo sentía. Pero… ¿cómo podía estar tan segura?
No sabía qué me asustaba más: la idea de que fuera verdad o la de que no lo fuera. Porque si él realmente se estaba enamorando de mí, entonces todo lo que habíamos intentado mantener bajo control, toda esa línea invisible que fingíamos no ver, se desvanecía por completo. Y si no… entonces yo era la única cayendo.
Miré sus ojos por un segundo, buscando alguna pista, alguna mentira, pero lo único que encontré fue sinceridad. Y eso fue lo que más me confundió.
—Nora… —su voz rompió el silencio que se había formado entre nosotros.
—Richard —respondí apenas en un susurro, con el corazón golpeánd