Ocho

(Ezra's Pov)

El sonido de las hojas de papel siendo constantemente movida sobre la mesa de la sala de juntas está comenzando a estresarme, el constante parlotear de un imbécil que no parece coordinar la boca con sus pensamientos y solo escupe basura.

Debo pretender estar interesado en los falsos elogios hacia mi ''intelecto capaz de dirigir negocios'' por parte de personas que ni siquira pueden ocultar su sonrisa llena de avaricia como si hablaran con la gallina de los huevos de oro.

''Es tan jodido...'' Se me escapó decir, todos voltearon a verme.

— ¿Perdón? — Balbuceó el conferencista, deteniendo su charla. — ¿Hay algo que le incomode, señor?

Entonces las miradas (no muy agradables) Se dirigen hacia mi con filo, los demás presentes voltean a verme con precisión terrorífica, levanto la mirada hacia el hombre que está de pie pero luego de tres segundos él ya no es capaz de mirarme a los ojos.

— No tiene sentido ¿Por qué tengo que ir personalmente? — Pregunté, dejando el informe de lado. — ¿Estamos escasos de personal o acaso todos son estúpidos para una labor tan sencilla?

El nuevo Resort, Royal Heaven, promete ser un verdadero paraíso turístico para las personas que deseen un descanso de la ajetreada vida en la ciudad ofreciendo distintos tipos de actividades al aire libre. Todo lo relacionado con Royal Heaven había sido planeado meticulosamente, desde el espacio requerido hasta el tipo de actividades que podrían realizarse tanto a interior como a exterior y promete ser el hotel resort más exitoso que se ha visto en el continente.

Pero el proyecto en el que estoy apostando todo aparentemente tiene un problema: El territorio.

Royal Heaven solo puede construirse en el abandonado pueblo de Wicklow que cumple con todas las condiciones necesarias, pero el problema es la hermética comunidad que allí reside. Mis trabajadores tienen problemas para disuadirlos.

— Ya sabes cómo son los campesinos, sus mentes son muy estrechas. — Sentí la fría mano femenina cernirse alrededor de mí como una serpiente, la dueña de aquella voz se levantó para abrazarme por detrás. — Pero no hay nadie que pueda decirle que no a Ezra Vance.

Los murmullos en seguida llenaron la sala de conferencias.

''Es cierto, después del accidente logró enfrentarse a una pérdida millonaria que casi ldejó a la empresa en quiebra, ese hombre renació de sus cenizas.''

''Pero se cerró a otros como una caja fuerte, ahora da mucho miedo.''

Si ellos supieran que puedo oírlos definitivamente no hablarían tan descuidados.

— Vamos, Ezrie... — Edith me abrazó con fuerza, tanta que sentí que quería extirparme los ojos. — Mi deseo es inagurar el Royal Heaven con nuestra boda.

— Oh, ¿Tendremos boda este año? — Pregunta uno de los inversionistas.

Edith sonríe, extendiendo el anillo de compromiso en su dedo. — Por supuesto que sí.

...

— No te matará mostrarme algo de afecto, Ezra. — Edith me sacó de mis pensamientos después de que todos se fueron al aventar una pila de documentos frente a mí. —  Voy a ser tu esposa pronto y eventualmente tendremos hijos ¿No es así? Es mejor que te vayas acostumbrando.

Por un momento necesité recargarme del espaldar de la silla y mirar al techo.

— ¿No es suficiente el cumplir tus caprichos de tener que abandonar mi trabajo para ir a un pueblo abandonado?

— Por supuesto que no, al final eso solamente es trabajo. — Edith besó mi mejilla varias veces, no tengo las fuerzas para apartarme.

Cierro los ojos un par de segundos, apenas puedo percibir algunos movimientos extraños que hace Edith, mis dedos se aprietan alrededor del frasco en mi mano diestra, pero el aroma que hasta el momento permaneció bloqueado explotó con intensidad y la arcada se volvió un nudo en mi garganta que me obligó a abrir los ojos de golpe.

Edith estaba sentada frente a mí sobre la mesa, su camisa desabotonada y piernas entreabiertas eran una clara invitación, un aura violeta extraña parecía emanar de ella, trazando la línea directamente hacia mi nariz.

— ¿Qué diablos estás haciendo? ¿Te volviste loca? — Me levanto de repente, aproximándome a la ventana más cercana para abrirla. — ¡¿Cómo puedes tener una conducta tan desvergonzada en el trabajo?!

Me llevo la mano al pecho, mi corazón está latiendo como loco y me arden las mejillas e incluso mi mente se siente ligeramente perturbada.

¿Es algun efecto que no conozco?

— Será mejor aumentar la dosis para el siguiente lote. — Dice Edith a mis espaldas, mriando el frasco en mi mano. — Me aseguraré de que las tengas listas antes de tu viaje, no queremos que hayan incidentes.

Yo asentí, mi energía había sido completamente drenada en cuestión de segundos.

(...)

Poblado de Wicklow, 6:47pm

''Sí, madre. Estoy bien.'' Hablé a través del teléfono, girando la respectiva curva al conducir. ''No voy a quedarme mucho tiempo aquí.''

Aunque mi madre sigue hablando solo puedo distinguir la preocupación en su voz, pero mi meno solo se niega a interpretar sus palabras apropiadamente, suspiro de frustración sin percatarme de que mis dedos se están agarrando al volante con fuerza.

Wicklow es mucho más pintoresco de lo que imaginé, las personas que sonríen sin preocupaciones solo revelan que el único sombrío dentro de este lugar soy yo.

He estado trabajando incesantemente durante tantos años, ¿Realmente ha valido la pena cuando algo tan insignificante como un terreno me hace viajar seis horas en avión y tres más en coche?

Intento concentrarme en la carretera, mis ojos se sienten inusualmente pesados e intento tallarlos con fuerza para despertar, no pienso en nada pero mi ritmo cardíaco está acelerado por alguna razón, como si fuera un sueño.

Mi mirada se desliza suilmente hacia el frasco sobre el asiento del pasajero, pero desecho rápidamente la idea.

Tal vez no sentir nada sería lo mejor en este momento.

''¡¿Acaso tienes los ojos en el culo?!''

Parpadeé un par de veces al escuchar el grito y por primera vez me sentí desubicado. El auto se había detenido abruptamente a mitad de la calle y alguien me estaba gritando con furia.

— Carajo... — Maldije, golpeando el volante.

''¡Oye, imbécil! ¡¿Acaso no tienes ojos o compraste la licencia de conducir en internet?! ¡Casi atropellas a una persona y ahora te escondes como una rata cobarde dentro de tu auto!''

¿Una... Rata? ¿Yo?

Quizá no fue el hecho de que por primera vez en mi vida alguien me estaba maldiciendo de frente lo que me hizo voltear sino que esa pequeña vocecita molesta sonaba absurdamente familiar en mi cabeza, como si algo me dijera por dentro que debía girar rápidamente.

Un rostro que había desaparecido mucho tiempo atrás pero con una mirada llena de vida que irradiaba una furia que jamás había visto, fue como si el infierno hubiera escupido a su peor vasallo solo para castigarme con la imagen de...

— Qué diablos... — Me sorprendí muchísimo cuando pateó mi auto. — Debo haberme vuelto loco.

Es imposible que la correcta Lauren sea esta vulgar mujer... Pero el parecido es increíble y no puedo evitar tratar de verla.

— Ten...— Intenté entregarle mi número personal en una tarjeta, tal vez así tendría una excusa para verla de nuevo. — Llama a este número para costear los gastos.

No esperaba que la siguiente imagen fuera un zapato incrustado en el vidrio de mi auto.

— Deuda saldada. — Me dice con un tono muy evidente de desprecio. — Anoté la matrícula del coche así que espero verte en la corte pronto, hijo de puta.

Ella me ... ¿Acaba de amenazar?

Me reí con fuerza, sujetándome el estómago hasta el punto en que perdí aire, probablemente no me había reído de esta manera en años. Sí, es imposible que esa mujer salvaje sea la misma que conozco.

Pero... Parece que hay algo medianamente entretenido en este aburrido pueblo.

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