(En otro lado)''Sí, efectivamente ella está embarazada.''En la penumbra de su elegante estudio, Edith sonrió. No era una sonrisa dulce ni alegre, sino una mueca fría, cargada de una amarga satisfacción. Sus dedos habían danzado sobre el teclado durante horas, moviendo los hilos invisibles de su red de contactos. Cada llamada discreta, cada favor cobrado en las clínicas más exclusivas, había tejido una imagen que ahora era innegable. Lauren estaba embarazada.La noticia, confirmada con la frialdad de un informe médico, era como un veneno dulce que se extendía por sus venas.Con un grito ahogado, se levantó de su silla con una violencia sorprendente. Sus manos se aferraron al borde del pesado escritorio de caoba, sus nudillos poniéndose blancos por la fuerza. En un arrebato de furia ciega, lo empujó con todas sus fuerzas. El mueble macizo se tambaleó, raspó el suelo con un estruendo sordo y finalmente cayó con un golpe seco, esparciendo papeles y objetos por toda la habitación.— ¡Eso
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