Alessio.El dolor es abrumador, como si mi corazón estuviera siendo aplastado por un peso invisible. Cada latido es un golpe brutal que resuena en mi pecho, amenazando con romperme en mil pedazos. El grito que sale de mi garganta es primitivo, una mezcla de desesperación y angustia que parece surgir de las profundidades de mi alma. Mis rodillas ceden bajo el peso de la emoción, y caigo al suelo con un golpe seco, mis manos apretadas contra mi pecho en un intento inútil de contener el dolor que se desborda. La sensación de impotencia es total, como si estuviera siendo consumido por una fuerza que no puedo controlar.—¡Ginebra! — Grité al cielo mientras algunas lágrimas caían de mis ojos.Mi mirada se perdía en el vacío, como si la nada misma se hubiera convertido en un abismo sin fondo que me tragaba por completo. La ausencia de Ginebra era como un agujero negro que absorbía toda la luz y la vida a su alrededor, dejándome sumido en una oscuridad total. La pregunta resonaba en mi mente
Siento cómo mis garras se clavan en las palmas de mis manos con una fuerza que parece ir en aumento, y el dolor agudo se mezcla con la sensación de mi propia sangre brotando lentamente. La presión es tan intensa que tengo que apoyarme en el suelo, estirando mi cuerpo en un intento desesperado por aliviar el tormento que me consume. Mis huesos siguen crujiendo y reacomodándose, como si mi cuerpo mismo estuviera siendo reescrito y rehecho de acuerdo a algún plan desconocido.La sorpresa y la confusión se mezclan con el dolor mientras trato de recordar las notas de Ginebra, pero no hay ninguna mención de esta segunda transformación en la Luna de Sangre. ¿Cómo pudimos haber pasado por alto este detalle crucial? La realización llega demasiado tarde, y ahora solo puedo esperar a que el proceso termine y pueda evaluar el alcance de lo que hemos desatado. La información será crucial para las generaciones futuras, si es que logramos sobrevivir a este ordeal. La idea de pasar esta experiencia a
Mi estupor es tan profundo que siento que todo a mi alrededor ha desaparecido, que estoy solo en un mundo vacío y silencioso. Pero entonces, los gritos de guerra de los humanos rompen el silencio, y mi atención se vuelve hacia ellos. Siguen decididos a seguir con esta guerra, a pesar de que saben que no tienen ninguna posibilidad de ganar. La determinación en sus voces es admirable, pero también es inútil.Un rugido salvaje se cuela por mi garganta, y sin dudarlo me lanzo hacia el soldado que está enfrente de mí. Mi cuerpo se mueve con una velocidad y una fuerza que no sabía que tenía, y en cuestión de segundos, el soldado está despedazado en el suelo. El resto de mis hombres siguen mi ejemplo, y se abalanzan contra los soldados de Dorian con una ferocidad que es casi palpable. Algunos de los soldados retroceden asustados, pero otros más osados siguen adelante, teniendo una muerte dolorosa y lenta.La batalla es intensa y caótica, con gritos y rugidos que llenan el aire. Pero yo estoy
La suerte ha sido echada, y ahora solo queda seguir adelante con lo que se ha iniciado. Dejo que el dolor de mi corazón me guíe en mis pasos, que la rabia y la desesperación me impulsen hacia adelante. Olvido todo lo que soy y fui, todo lo que me hacía ser quien era. Nada de eso importa ahora sin Ginebra. No me importa la corona, no me importa el reino, no me importa nada. Solo me importa hacer pagar a Dorian por lo que ha hecho, por haberme quitado a la persona que más amaba en este mundo.Mi corazón late con furia, mi respiración es agitada y mi mente está nublada por la ira. No soy más que un animal herido, luchando por sobrevivir y vengarse. No hay pensamiento racional en mí, solo instinto y emoción. Y es así como avanzo, como un guerrero cegado por la furia y el dolor, decidido a hacer justicia por mi cuenta.—¡Retirada! — Se escucha el grito de Dorian a la distancia mientras monta su caballo e intenta volver a la seguridad de sus tierras.De forma inmediata mis ojos se posaron e
—No— Dijo en voz baja y calmada. —Has sufrido mucho, hijo mío y lo que menos necesitas es arrodillarte ahora— Los ojos del hombre se posan en Dorian y luego en mi nuevamente. —Alessio, sé que en estos momentos estas lleno de dolor y rabia, pero créeme, matarlo no es la solución a tus problemas.—Quizás no, pero al menos descargaría mi rabia— siseé, mi voz llena de enojo y dolor. El coraje se me atoraba en la garganta, y el dolor en mi corazón me hacía sentir como si estuviera a punto de estallar. Mi respiración era agitada, y mis músculos estaban tensos, listos para explotar en cualquier momento.—No manches la memoria de ella con este acto vil y cruel, Alessio.Cuando él dijo esas palabras sentí como la respiración se me cortó de tajo, mis ojos se abrieron de par en par e incluso podría decir que mis ojos se dilataron. Estaba claro que él sabía que ocurrió con mi hermosa Ginebra... quería respuestas, querías saber que ocurrió con ella, como es que abandonó este mundo de forma repenti
—Ella me hubiera detenido, eso es seguro…— Murmuré recordando a Ginebra. —No quiero que su recuerdo se vea manchado por mis acciones.Di un paso atrás lejos de Dorian, quien tiembla y gimotea de terror frente a mí, sus ojos están abiertos de par en par, mirándome con asombro, estaba claro que esperaba que lo matara ahí mismo, pero este hombre tiene razón, no dejaré que la venganza y el odio me dominen, he resistido antes y seguiré firme, en especial porque sé que las cosas irán a mejor, aun no sé cómo, pero… algo dentro de mí me dice que debo confiar en él.—Me alegro— Suspiró aliviado el hombre. —Ahora… lleva a tus hombres lobos en aquella dirección— Señala el espeso y tupido bosque por donde Ginebra se fue hace semanas. —Busca el templo olvidado… rehabilítalo y haz que los tuyos vuelvan a conectar con sus raíces, que nunca olviden quienes son ni su identidad, porque si bienes es cierto que deben adaptarse a la sociedad, no significa que deban olvidar quienes son en realidad.Un susp
Al sentir el aroma de Nox, abro los ojos y le doy la orden de volver al reino, él asiente con la cabeza y luego se gira hacia nuestros soldados, dando la orden para luego empezar a marchar de regreso a casa, necesitamos suministros y gente especializada en caminos para empezar a marcar rutas hacia el templo, tengo mucho trabajo entre manos y sobre todo... tengo que decirles a los padres de Ginebra lo que ha sucedido, pero ¿Cómo? Ni siquiera puedo darles un cuerpo el cual enterrar y llorar, solo mis palabras.Durante los siguientes días estuve trabajando con mis peones de carretera para empezar a trazar el camino, tambien tuve una junta con mis consejeros y les conté lo que Chandra me dijo, como era de esperar están aterrados, tambien di la noticia a mi clan, así que ellos no dudaron en ayudar a construir los caminos. Pasaron varios meses desde que empecé con este proyecto y apenas llegamos al viejo templo, sentí paz, tristeza... nostalgia, tantas emociones dentro de mi luchando por pr
Con la curiosidad a flor de piel, pero con una cautela nacida del presentimiento, me acerco al altar con paso lento y calmado. No hay prisa, ya no. El peso en mi alma ha alterado mi percepción del tiempo, cada segundo se estira y se dilata, permitiéndome saborear la atmósfera enrarecida del lugar. Mis ojos, cual detectives del pasado, escudriñan los grabados de la piedra, intentando descifrar los secretos que encierran. Descubro con fascinación que son dibujos que narran la historia de un druida, un visionario que levantó este templo en honor a Chandra, una deidad cuyos misterios aún se resisten a ser desvelados. La piedra, bajo mis dedos, se siente fría y áspera, transmitiéndome una sensación de antigüedad y poder primigenio.Cuando finalmente estoy parado frente al altar, me detengo, conteniendo la respiración. Asomo suavemente la cabeza, como un explorador que se asoma al borde de un abismo, temeroso y fascinado por lo que pueda encontrar en la oscuridad. Y entonces, mis ojos se ab