~Dominic~
Hace horas que ella tenía que haber llegado a mi manada, pero nunca lo hizo; tanto ella como mi hombre de confianza se habían esfumado en el aire.
Mandé a varios lobos a rastrear su ruta; tal vez algo salió mal en el camino, y con cada segundo que pasa, Lark pierde el control, casi como yo.
Estoy atento a mi gente en la manada real. No ha habido informantes; nadie nuevo ha llegado, pero sé que él tiene que ver con todo esto.
—Tranquilo, Dominic. Si algo malo le hubiese sucedido, tú serías el primero en saberlo.
Lo sabía; si ella resulta herida por cualquier motivo, yo mismo lo sentiría en mi piel. Cada parte de mí sentiría su dolor, y es por esa razón que los lobos nunca deben marcarse.
Si uno muere, el otro lo hará.
Esto es jodidamente un problema.
«Ella no es un problema; no creas que estoy arrepentido de haberla marcado. Si tengo la oportunidad, lo volvería a hacer.»
Dice Lark furioso en mi mente, acechando, sus ojos brillando con planes perturbadores. Solo espera el más