~Dominic~
Permanecimos a su lado hasta que el sol se alzó en el cielo y volvió a ocultarse una vez más.
Su respiración era tranquilidad; el calor había regresado a ella poco a poco, y sus heridas fueron sanando por fin, cerrándose, mientras Lark y yo observábamos todo el daño que el hijo de puta le había hecho.
Cada látigo en su espalda se lo iba a regresar el doble; cada golpe lo iba a sentir en carne propia, y cada vez que intentó forzar el vínculo se lo iba a regresar de las peores maneras.
Ahora es cuando vendría el infierno para él.
Ella, por fin, comenzó a regresar a su forma humana; su cuerpo débil y delgado quedó expuesto ligeramente entre el pelaje de mi lobo.
Su espalda manchada de sangre seca aún muestra las heridas que sané y las nuevas que él le hizo.
Escuché pasos acercarse; Lark se colocó sobre ella, cubriéndola sin aplastarla, gruñendo a quien se acercaba.
Era uno de nuestros hombres que venía a dejar algo de comida, pero yo no tenía hambre; no importa si no he