~Alana~
Habíamos podido salir de alguna forma que no entendía de los muros del castillo.
Los aullidos aún resuenan a mi espalda, dejando atrás las altas torres del palacio sumidas en caos.
No estaba segura si era una ayuda o algo más el haber podido escapar, pero éramos libres y tomaríamos toda la ventaja posible para alejarnos.
Kyra corría sin parar a pesar del dolor, las heridas de su lomo sangrando y manchando su pelaje.
Sus patas golpean el suelo, la tierra húmeda hundiéndose sobre su peso. Así pasaron horas interminables hasta llegar a lo que alguna vez fue mi manada.
Ahora no quedaba nada de ella más que destrucción y ruina.
El humo aún sale de las pequeñas casas, las paredes sobrevivientes están llenas de hollín negro; todo fue envuelto por las llamas.
Kyra corrió hacia lo que quedaba de la casa de la manada. No había cuerpos, no había rastro de vida o de algún cuerpo carente de ella. Nada.
Tomé el control, sacando algunas hojas medio quemadas debajo de los escombros y