— ¡Las cámaras de seguridad lo grabaron! — dijo María, arrojando una tablet directamente frente a Lorena.
El grosor de la alfombra esponjosa amortiguó el sonido de la tablet cayendo sobre ella, con la pantalla hacia arriba frente a Lorena.
En la pantalla seguía reproduciéndose el video de seguridad, mostrando a Lorena sentada en el sofá.
— ¿Qué tienes para decir ahora? — María estaba furiosa.
Ricardo miraba preocupado y no pudo evitar defender a Lorena.
— Esto no prueba que ella haya puesto veneno, solo muestra que Lorena estaba sentada en el sofá. No muestra que haya puesto veneno.
— Además, hay tantas copas de vino. ¿Cómo podría Lorena saber cuál era tu copa?
Lorena le lanzó una mirada agradecida a Ricardo.
— Ricardo, ¿de verdad estás defendiéndola? — María estaba emocionalmente alterada.
— Claro que estoy defendiéndola, no podemos dejar que el verdadero culpable se escape — dijo Ricardo, con un rostro serio que mostraba que le preocupaba la justicia.
— Tal vez el momento del envenen