Bajo la mirada amenazante de César, Lorena fue arrastrada por Adrián hacia el interior de la fiesta.
Era la fiesta de cumpleaños de María, a la que asistieron muchas familias importantes.
Una vez dentro, César no miró ni una sola vez a Lorena, como si no le importara en lo absoluto.
En cambio, se dedicó a pasar todo el tiempo con Teresa, presentándola de manera abierta a sus socios, familiares y conocidos, anunciando su relación con ella.
Lorena, que estaba parada no muy lejos, con en la mano, se llevó una copa de vino tinto a la boca mientras observaba a Teresa junto a César.
Sus ojos recorrían el cuerpo de Teresa de arriba a abajo, con una sonrisa burlona y una mirada llena de desprecio.
Los invitados felicitaban a César y a Teresa, diciendo que formaban una pareja ideal, y que Teresa había tenido suerte al conquistar al presidente de Runpex. Lorena, que estaba al lado, escuchaba todo, sin mostrar reacción alguna.
Comparado con lo que tenía frente a ella, eso le parecía insignifican