César tenía una sonrisa triunfante, Perla había comido el filete que él le cortó.
Marina los miraba desde el otro lado, sin saber qué decir. No lo valoró cuando estaba con ella, y ahora que ya no lo quiere, ¿de qué sirve que él se ponga así de intenso?
¡Es un ridículo!
No aguantaba ver esa mirada arrepentida de César, así que cortó su filete con fuerza, haciendo ruido.
Ricardo, al oírlo, la imitó y también empezó a cortar el filete para su esposa.
—¿Disculpen, desde cuándo están juntos? —preguntó César.
—Eh... —Ricardo dudó, con miedo de que hablar del tema fuera incómodo.
Marina lo miró con molestia, como diciendo: ¿Qué te pasa? ¿Por qué no puedes decirlo? ¿Te da pena que nos vean juntos?
—¿Te acuerdas de la inauguración del bar El Caballero? Esa noche confirmamos que estábamos saliendo.
Todos recordaron ese momento, cuando César y su grupo entraron a su cuarto buscando a alguien.
César asintió sin decir nada más.
La relación de Ricardo y Marina había empezado hace mucho, y él, siendo