Ricardo tomó el vaso y bebió un poco de jugo, ocultando lo que pensaba. Sus labios se apretaron un poco. Había conocido a Celeste y a Álvaro. Marina no tenía hermana. La única persona que podría estar tan cerca de Marina era Perla. Parece que Perla realmente no había muerto.
Y Andi tenía cinco años, según los cálculos, su padre…
¡César!
Ricardo se sorprendió al pensar en ese nombre. Han pasado cinco años, ¿y ahora César de repente tenía un hijo?
Y durante esos cinco años, no solo había perdido a su novia, sino que también César tuvo un hijo antes que él.
Parece que, en esos cinco años, el que más había sufrido era él.
Una sensación amarga se esparció por su pecho, como si hubiera tomado vinagre.
En otro restaurante de la misma ciudad, Andi y César estaban sentados frente a frente.
César de vez en cuando le servía comida a Andi, señalando un pescado en su plato.
—Andi, ¿por qué no te comes el pescado?
El pescado es bueno para el desarrollo del cerebro de los niños, a