Capítulo 296
El chisme era sin duda más importante que su trabajo.

Clara pasó junto a los escritorios y golpeó uno con los nudillos, con voz seria:

—¿Siguen mirando? ¿No temen que el presidente aparezca de repente y les dé más trabajo?

—Je,je… —Una de las secretarias se rio con incomodidad.

—No estamos haciendo nada. Ya me pongo a trabajar. De hecho, este fin de semana planeo salir con mi hijo.

Dicho esto, regresó a su puesto y comenzó a revisar los documentos del día.

Clara tomó su taza de agua y volvió a su oficina, pero antes echó un vistazo rápido al despacho del presidente.

¿Quién era ese niño y como estaba relacionado con César?

Dentro de la oficina, César dejó a Andi sobre el sofá.

El pequeño se quitó la mochila y sacó una caja de regalo, entregándosela con una gran sonrisa.

—Tío César, esto es para ti. ¡Gracias por invitarme a comer la última vez! Mami dice que siempre hay que ser agradecidos.

Su voz infantil era pura y sincera, y la seriedad con la que entregaba el re
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