A veces los tres jugaban juntos al dominó, otras veces Marina desaparecía para ir a buscar al guapo que había conocido recientemente.
Lorena había estado evitando a César estos días, y no se habían vuelto a encontrar.
En el estacionamiento, el carro de Marina había sido arruinado en el accidente y llevado para reparaciones, por lo que Adrían se ofreció voluntariamente a enviar un automóvil con conductor para llevarlas.
Debido a esto, Marina volvió a ver a Adrían con otros ojos.
—¡Vaya, no lo esperaba, en serio eres muy leal!
El dinero que Adrían pagó por la compensación fue generoso y rápido, además organizó el transporte para que las llevaran lejos, y sumado a lo que había pasado, Marina no era de esas personas rencorosas, así que terminó perdonando a Adrían.
El rostro juvenil de Adrían mostró una sonrisa brillante. —Esto es lo que debía hacer.
Llamó a sus amigos para ayudar a Lorena y Marina a poner las maletas en el maletero del carro.
Si no fuera porque Adrían tenía algo que hacer