Maximiliano
La imagen del nombre de Clara tachado con esa cruz roja infernal se había grabado en mis párpados. La rabia me consumía, un fuego frío y calculador que prometía venganza. Sofía había cruzado una línea que no tenía vuelta atrás.
En cuanto llegamos a mi apartamento, llamé frenéticamente a Marcos.
Necesitaba detalles, cualquier pista que nos llevara al responsable de esa amenaza cobarde.
—Marcos, ¿qué tienes? ¿Las cámaras? —pregunté, mi voz tensa mientras abrazaba a Clara, que temblaba en mis brazos.
—Señor Ferrer, estamos revisando todas las grabaciones de la zona —respondió Marcos con su habitual profesionalismo—. Hay varias cámaras de seguridad en edificios cercanos. Ya tenemos algunas imágenes de una moto alejándose a alta velocidad de la calle de la señora alrededor de la hora estimada del incidente.
—¿Alguna identificación? ¿Placa?
—La placa está parcialmente obstruida por el ángulo de la cámara y la velocidad, señor. Pero estamos trabajando en mejorar la imagen. El co