Parte De Tu Vida
Helena se estaba acostumbrando, sin darse cuenta, a la presencia constante de Luisa en su día a día. Al principio, le costaba aceptar que alguien estuviera tan pendiente de sus necesidades, pero la mujer mayor tenía un talento innato para anticiparse a todo sin ser invasiva.
Cada mañana, el desayuno estaba listo con precisión impecable, eligiendo cuidadosamente entre opciones ligeras y nutritivas según el tiempo que Helena tuviera antes de salir a sus audiencias. Durante el día, cuando regresaba a casa a trabajar, Luisa aparecía discretamente con una taza de té o café, junto con algún bocadillo, asegurándose de que no pasara horas frente a la pantalla sin comer.
También se encargó de ayudarla con su vestuario, revisando junto a ella las opciones más adecuadas para cada evento, desde las reuniones de trabajo hasta los momentos de descanso en casa. Helena nunca había pensado demasiado en su ropa fuera del ámbito profesional, pero con el viaje a París en el horizonte, Lu