Elise
Época actual
—Así que sí es verdad —murmuró Alessio cuando se lo conté al día siguiente, en el pasillo de la habitación.
Mi hijo jugaba en la mesa, ajeno a nuestra conversación, pero muy atento a mí.
—Sí, estoy embarazada —dije en voz baja—. Todas las pruebas dieron positivo.
—Maldita sea, qué mala suerte —gruñó Alessio—. ¿De verdad quieres tenerlo?
Dudé por un momento sobre la respuesta que le daría. Tenía claro que no podría abortar, pero me avergonzaba meter a Alessio en más problemas.
—Tienes que decirme la verdad, Elise —exigió, aunque su tono ya no era amenazante—. Necesito saber qué quieres hacer para poder armar un plan. No puedes vivir aquí para siempre.
—¿Qué es lo que pasará con nosotros? —pregunté nerviosa—. ¿A dónde nos piensas llevar?
—Nos iremos a Australia. Por el momento, me parece la mejor opción.
—¿Australia?
—Tengo una casa en Melbourne —se encogió de hombros.
—Pensé que nos quedaríamos en Japón.
—Sí, venir aquí primero fue una jugada inteligente,