Dos meses fue el tiempo que había pasado desde que Enzo había sacado a Eloísa de su casa. Desde entonces, no supo más de ella ni de su madre. Se lo había propuesto. Las quería fuera de su vida y eso fue lo que hizo.
A Olivia le había entregado una suma generosa de dinero. Podía comprarse la casa que quisiera, en la ciudad o fuera de ella, incluso en otro país si así lo deseaba. No quería excusas, ni culpas, ni reclamos. Nunca quiso que esto pasara, pero a veces era necesario actuar como si una persona estuviera muerta para poder vivir en paz. Y justo ahora, se sentía en paz.
Las cosas con Valeria iban avanzando poco a poco, de una manera lenta, pero increíblemente satisfactoria. Había perdido la cuenta de todas las veces que había hecho esa mujer suya y… eso lo tenía bailando en una nube. Aun así no eran perfectos, pero trataban de restaurar la confianza, de empezar de nuevo como pareja y como padres de tres niñas. Él pasaba la mayoría de las noches allí, las niñas ya lo tomaban como