Santiago volvió a sentir el dolor del rechazo, pero ocultó sus emociones:
—Entonces ven a Horizonte después de que nazca el bebé.
Él anhelaba desarrollar y hacer crecer Horizonte junto a Laura.
Laura rio suavemente.
—¡Todavía faltan meses para que nazca el bebé y ya me estás haciendo planes! ¡Quién sabe si después del parto querré seguir siendo abogada!
—Te esperaré. No importa cuánto tiempo tome, te esperaré —dijo Santiago con doble sentido.
Patricia sintió envidia de Laura.
Si ella tuviera un hombre que la amara y cuidara así, ¡ya se habría casado!
—Ya hablaremos de eso después —respondió Laura sin captar el significado más profundo.
—De acuerdo, después —Santiago cambió de tema—. Sabes, cuando éramos pequeños y te veía bailar tan bien, pensé que te dedicarías a la danza. ¡Quién diría que terminarías siendo abogada!
—De niña solo pensaba en ganar dinero porque no teníamos nada. Luego, al crecer, vi tantas injusticias que quise ser abogada para defender lo correcto. Pensándolo bien, s