—Laura, ¿qué ha pasado? —preguntó Santiago acercándose rápidamente para sentarse a su lado.
Laura giró la cabeza para mirarlo y exhaló profundamente. —La cuenta en el extranjero de Samuel ha recibido de repente veinte millones de dólares. Lo he investigado y resulta que es una transferencia de la empresa Nexus.
¡Ese pequeño travieso sí que tenía talento!
Santiago, tras escucharla, procesó rápidamente la información y enseguida comprendió.
Cerró suavemente el portátil de Laura y sonrió levemente. —Antes tenían tu mano de obra gratuita para reforzar sus cortafuegos. Sin ti, su red puede ser atacada incluso por un niño de tres años como Samuel. Esto solo demuestra que todo el departamento de tecnología de Nexus es inútil.
Laura no pudo evitar reírse. —¿Samuel te ha pedido que vengas a interceder por él, verdad? ¡Ese pequeño pillo es muy astuto!
—Está preocupado de que te enfades demasiado y no sabe cómo consolarte, así que me ofrecí a venir a animarte —al ver su sonrisa, Santiago por fin