Lilia.
Bajé las escaleras a toda velocidad y terminé resbalando con un charco de sangre que había cerca de la entrada.
¿Qué carajos?
Me levanté, por suerte, solo me manché las piernas y la parte baja de mi vestido. Yo estaba descalza porque mis tacones se rompieron. El arma se me había caído e hizo ruido, pero la tomé al ver que no había alertado a nadie. Supuse que de verdad durmieron a la mayoría.
¿Qué era lo que planeaban?
Escuché la voz de Viktor mencionando a Chris y de inmediato corrí en esa dirección. Pasé por una puerta abierta y me quedé tiesa al ver que ese hombre le estaba apuntando a mi amado en la cabeza.
Mi respiración se ahogó.
Alcé el mentón y mis dos brazos, tratando de permanecer firme a la hora de disparar. Si esperaba un segundo más, lo perdería para siempre.
Calmé mi pecho, que subía y bajaba con descontrol e inhalé hondo. Justo cuando vi que Viktor posó su dedo en el gatillo, apunté bien como me enseñó Deus, imaginé que su cabeza era la de un muñeco de car