Eva
Por horas estuvimos trabajando, sin descanso, armando planes B, C y hasta Z. No podíamos dejar un cabo suelto, teníamos que pensar en todas las posibilidades. Los lobos casi no dormían, y cuando los obligaba a descansar, por turnos, el Duque y yo continuábamos.
Las oficinas dejaron un pequeño equipo que mantuviera las transacciones y las actividades diarias de la empresa, mientras el resto se abocaba a examinar cada parte del plan: un equipo envió drones para vigilar las áreas dentro de Sombras de la Noche e incluso uno se coló y nos enviaba imágenes de lo que sucedía adentro. Otros se colocaron en el bosque; guerreros iban y venían trayendo información. Severino se encargó de los túneles; nadie los había visitado. Nuestros enemigos sabían que nos estábamos preparando. Seguramente ellos también.
Me reuní con Giacomo, que comandaba a los vampiros de la ciudad, y vigilaban de noche. Adriana se quedó en el castillo preparando un posible contraataque. El rey mandó a algunas de sus gue