Mirando de nuevo hacia el oleaje del mar que comenzaba a agitarse, Eros sonrió, no debía faltar demasiado hasta tener las cartas necesarias para ganar aquel juego, Fernand Beaumont y Edmond Rohan también caerían, todos serían sumergidos en el mismo abismo en dónde lo habían forzado a vivir a el, y no se detendría hasta conseguirlo, y luego, cuando todos se hallasen en el mismo fango, tomaría a la hermosa Juliette Lambert para el mismo para finalmente dejar todo aquel infierno atrás, el mundo entero merecía saber la verdad sobre aquellos monstruos que se ocultan en las sombras, aquellos que los cazadores protegían en lugar de aniquilar, los humanos, sumergidos en la ignorancia que una infinidad de grupos y personas se esmeraban por manipular para mantenerlos completamente ajenos a todo, se enterarían que los hombres lobo y demás criaturas eran reales...y que ellos debían reclamar su lugar en el mundo.
Negando en silencio, forzándose a si mismo a dejar atrás aquel placebo que el mar le