El sonido de su celular lo había sacado de sus pensamientos, mirando la pantalla una sonrisa cruel se había dibujado en los labios de Edmond, él tampoco era alguien con el cual meterse.
Encontraba fascinante el fuego, las miles de formas que podía tomar de un instante a otro con la más ligera de las brisas que lograba colarse por alguna ventana, la danza sin igual y cambiante de las llamas en la chimenea, era un espectáculo de formas y tonalidades rojizas e intensas, el resplandor alumbrando cada rincón de su oscura y solitaria habitación, le regalaba aires cargados de memorias y melancolía, el fuego era algo poderoso, impredecible, tal y como Juliette Lambert lo era, los recuerdos de su madre golpeaban una vez más, sonriendo con ironía pensaba si la presencia de la rubia le había traído de vuelta aquellos pensamientos que había enterrado en su memoria por voluntad propia, Eros Dagger no era sentimental, no sentía nada por nadie, sin embargo su helado corazón comenzaba a sentir…nostal