Edmond frunció el ceño en clara señal de molestia, el al igual que todos en la comunidad de clanes de lobo, había recibido la invitación al baile en honor al respetable y odiado Adam Beaumont, Juliette también había recibido una, ese lugar sin embargo estaría infestado de monstruos peligrosos, monstruos que no dudarían en ver en la hermosa rubia a un suculento manjar digno de una buena cacería, no podía evitar que la chica asistiera, pero entonces, se convertiría en su sombra para evitar que se le acercasen.
La tarde había caído, el cielo nocturno lucia nebuloso, Juliette se miraba en el espejo, parecía otra persona, no había rastro en ella de aquella sencilla pintora que había pasado su vida prácticamente en cautiverio, no había marcas visibles de los desvelos, del sufrimiento prolongado… no había nada que le dijera que era la misma de siempre, aquello era bueno de cierta manera pero triste en otras, no era más aquella tímida mujer que siempre había sido, ahora mismo, parecía una her