Las calles comenzaban a abarrotarse de autos y personas que presurosos se dirigían hacia sus empleos, sentía una gran envidia de cada uno de ellos, una vida normal, un trabajo normal, algo que aquellos que admiraba añorante desde la ventana del auto, daban por sentado, recordó que un tiempo fue así, su vida era normal, ir al colegio, quejarse de las tareas, llegar a casa para comer una deliciosa comida preparada y servida por su amada madre y repetir la rutina al día siguiente, todo lo daba por hecho, imaginaba que su vida siempre seria de tal manera…pero la sombra de la desgracia azoto a su pequeña familia, un día como cualquier otro se levantó apresurada por su madre para no llegar tarde al colegio secundario, cuando regreso comió como todos los días solía hacer, se lavó los dientes, hizo sus tareas y se fue a la cama…entonces paso, de repente y sin una explicación o un porque, no tenía más un hogar con su madre corriendo de un lado a otro admirando sus pinturas, no tenía una madre